Metas VS Metas Inteligentes
Nuestro pensamiento determina si llegamos o no a nuestros objetivos.
"Whether you think you can, or you think you can't - you're right" "Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo correcto"
-Henry Ford
Esto no significa que si tenemos muchos pensamientos positivos vamos a lograr lo que queremos. Les aseguro que lo que llevó a Ford a su éxito no fueron sólo sus lindos pensamientos.
El truco está en canalizar el esfuerzo y nuestro pensamiento detrás de el.
Existen metas que por si mismas nos llevan a fracasar. Esto pasa porque no son metas "inteligentes", no existe un plan o una acción ejecutable.
Por ejemplo, una mala meta puede ser no voy a fumar mañana.
Nuestra meta se basa en aguantarnos y tener suficiente fuerza de voluntad (la cual no hemos conseguido en los últimos 10 años) para lograrlo. Estamos casi predeterminándonos a fracasar.
Al día siguiente que llegamos con nuestras amigas después de comer y vemos a todas sacar el cigarrito, bye, nuestra meta se fue por la ventana y casi siempre seguida por un "bueno mañana dejo de fumar".
El resultado, no logramos nuestro objetivo, nos sentimos mal y enojadas por no tener suficiente control. Pero en realidad todo el problema estuvo en que faltó un plan, una meta inteligente.
Mira la diferencia en este ejemplo de una meta inteligente, mañana me espero 15 minutitos antes de ir con mis amigas para que acaben de fumar, voy a traer siempre chicles para que cuando quiera un cigarro tenga algo que me quite la ansiedad.
Estas son metas más accesibles porque en ellas está un plan ejecutable, hay ya una solución o una acción ejecutable y no se queda en un "deseo" al aire.
Si esto funciona en nosotros, imagínense lo que hará para un niño!
¿Cuantas veces no han oído el "le voy a echar mas ganas", "me va a ir mejor en mis calificaciones ma"?
Pasa lo mismo que con el cigarro, las metas de nuestros hijos no tienen una acción y fracasan con más facilidad. Con ellos el problema se puede hacer mayor ya que pierden confianza, creen que el problema está en que ellos no son capaces y no en el planteamiento de la meta.
Un niño tiene menos recursos para darse cuenta que tiene que cambiar su forma de afrontar el problema.
Hay que guiarlos y enseñarles a crear metas inteligentes. Que ellos entiendan la diferencia y solos cambien su enfoque al problema. Pregúntenles cómo le harían para llegar a su objetivo.
Sus respuestas deberían ser más como estas:
"Le voy a preguntar a la maestra cuando no entienda", "me voy a unir a un grupo de estudio con mis amigos". Esto es una meta inteligente, es una solución basada en acciones fáciles de conseguir.
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